Arroz hasta en el desierto

Arroz hasta en el desierto

En medio de las calamidades sociales, los desastres naturales y las elevadas tensiones políticas siempre da gusto compartir buenas noticias con China como gran protagonista. La guisa tiene que ver con el exitoso proyecto liderado por Yuan Longping, científico chino encargado de desarrollar arroz híbrido en los terrenos por naturaleza negados, tanto para la siembra como para la cosecha, no sólo de este cultivo sino de prácticamente todos.

Por la Espiral

Claudia Luna Palencia/ @claudialunapale
En medio de las calamidades sociales, los desastres naturales y las elevadas tensiones políticas siempre da gusto compartir buenas noticias con China como gran protagonista.
La guisa tiene que ver con el exitoso proyecto liderado por Yuan Longping, científico chino encargado de desarrollar arroz híbrido en los terrenos por naturaleza negados, tanto para la siembra como para la cosecha, no sólo de este cultivo sino de prácticamente todos.
Y además contra los cánones sin el riego de agua dulce, ni rotación de cultivos, ni el tradicional e histórico know how base artífice de que el ser humano como tal dejase de ser nómada para convertirse en sedentario (también gracias a la domesticación de los animales).
La suma de todas las verdades también está siendo refutada así como los nueve planetas que son sólo ocho –al menos momentáneamente- porque muy seguramente los avances tecnológicos y digitales derribarán muchas teorías y apotegmas.
La germinación de un cultivo ya no es cuestión únicamente de agua y luz solar, a los estímulos artificiales derivados de los fertilizantes y plaguicidas en las últimas tres décadas la biotecnología ha ido haciendo eco –prueba y error- de monocultivos transgénicos.
Cada parte de la ciencia ha intentado hacer su trabajo para dar respuesta a los inminentes, acuciantes y preocupantes desafíos que ponen a prueba la resiliencia de todos nosotros, léase de la Humanidad.
El principal factor desafiante no es en primer lugar la demografía, que somos muchos y mal repartidos; tampoco lo es la pobreza, la desigualdad, inequidad y el hambre. La punta del iceberg lo es el evidente, imparable e inminente cambio climático.
¿Cómo vamos a readaptarnos y sobrevivir a las adversidades del clima y el medio ambiente? Como seres vivos estamos llamados a ser supervivientes, evolucionar y habituarnos ante lo que se nos avecina.
No nos llamemos a engaño: el cambio climático no va a mejor ni se puede mitigar… es imparable. La extinción de muchos seres vivos es real, sean plantas, flores y desde luego animales y no dudemos que también acontecerá con humanos.
Por eso la ciencia intenta dar respuestas fehacientes ante lo no visto hasta ahora, si el agua dulce lleva la tendencia de la escasez y los océanos el pronóstico es que subirán de nivel y que la tierra (ante las temperaturas) profundizará la desertificación, hay investigadores que investigan cultivos en terrenos y condiciones adversas; por ejemplo, crecer y reproducirse con agua de mar; por supuesto salada y no dulce.
¿Se acuerdan de la campaña del “ya ciérrale? Nunca creímos que el agua dulce fuera un bien que terminaría siendo escaso, nunca nos tomamos en serio no contaminar las aguas de los ríos, lagos y otros mantos acuíferos.
Pues bien, el futuro pasa por lograr que nuestros cultivos germinen en terrenos desérticos, a elevadas temperaturas, con muchas adversidades climáticas y encima regados con agua de mar.
A COLACIÓN
El día de ayer precisamente se dio a conocer que en el desierto de Dubái se ha dado con puntería gracias a que se obtuvo una cosecha de arroz híbrido en el arenal del país árabe.
El logro tiene como origen la técnica china de Longping, de hecho, lo abordamos en esta columna en enero pasado “el hito del arroz de agua salada” y no puede ser más favorable en una economía con escasez del líquido potable además con temperaturas superiores a los 50 grados centígrados en verano y caracterizada por amplias extensiones territoriales del Desierto de Arabia.
“El cultivo ha ofrecido un rendimiento de 7 mil 500 kilos por hectárea, más del doble de lo que se recoge de media en los cultivos del resto del planeta, unos 3 mil kilos por hectárea”.
China lleva largos años estudiando diversos proyectos biotecnológicos por razones de impronta alimentaria por su demografía de un mil 400 millones de personas que conforman su enorme población. Y ahora felizmente exporta la técnica del arroz híbrido de agua salada.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

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