Fosas sépticas y basureros contaminan manto acuífero en Yucatán
Los usos y costumbres más que las empresas o plantas industriales afectan al medio ambiente; contrario a lo que se piensa cuando se escucha el término “contaminación del agua”, no es responsabilidad solo de las empresas, las causantes de que el manto acuífero de la entidad se encuentre amenazada para la salud de los habitantes, sino también problemas de “uso y costumbre” que siguen sin ser erradicados y cuya existencia se ha convertido en una peligrosa “bola de nieve” y que avanza en el subsuelo y en el aire con gases que cada día invaden la atmosfera.
Numerosos son los investigadores y científicos serios que dan cuenta de la gravedad que representa el empleo de fosas sépticas y de tiraderos clandestinos; y que su efecto no es comparable con el efecto que se atribuye a las empresas.
Un estudio fechado en 2018 por cuatro académicos de la facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), revela que son estos usos tradicionales los que tienen en “jaque” la salud y calidad del agua local.
La investigación denominada “El acuífero yucateco. Análisis del riesgo de contaminación con apoyo de un sistema de información geográfica” de Roger González Herrera, Isabel Sánchez y Pinto, José Osorio Rodríguez y Bety Albornoz Euan, enlista el peligro de la existencia de estos factores como agentes contaminantes primarios en la entidad.
“Existen problemas de calidad, debido a la alta permeabilidad del suelo, lo que hace al acuífero muy vulnerable a la contaminación debido a la mala disposición de aguas residuales, fosas sépticas, aguas pluviales, y otros factores como lixiviados de tiradores o basureros municipales” indica en síntesis el estudio.
Los cuadros que revelan los estudios muestran, una clasificación por orden de impacto del tipo de contaminante más potente, o más severo del que padecen y se encuentra expuesto el alto freático local, en el que las actividades industriales prácticamente se encuentran muy distantes de ser un verdadero peligro.
Esta asignación que efectúa la investigación va del 1, como el primero o más importante fuente de contaminación, hasta llegar al 3, como el de menor grado de contaminación de riesgo para Yucatán.
Por ejemplo, en el primer lugar figuran las aguas residuales, la urbanización y el sistema de alcantarillado, las viviendas unifamiliares sin sistema de alcantarillado, tanques sépticos, pozos y letrinas, por mencionar algunos de los primeros.
Los términos “lodos de plantas de tratamiento” que podrían estar vinculados a cualquier tipo de empresa industrial, aparecen como riesgo, solo después de los rellenos sanitarios. El término “Plantas Industriales” que puede ser aplicado a cualquier tipo de industria y no una en particular, figura aún más lejano, en el 2.4 en la tabla de valoración del estudio.
Al final de esta clasificación aparece el concepto “granja” sin especificar a la actividad particular de la granja en cuestión; sino simplemente considerada en una posición lejana de los principales causantes de contaminación, en el apartado de actividades de ganadería y agricultura.
Con este estudio, los responsables del mismo establecen potencial de riesgo mayor en las acciones cotidianas locales, más que en la presencia o crecimiento de oferta industrial local.