Ciberactivismo, exitosa fórmula para hacerse oír en África

Ciberactivismo, exitosa fórmula para hacerse oír en África

Ciudad de México, 22 de Julio (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-Programador informático de formación, bloguero, periodista ciudadano, experto en medios de comunicación y consultor internacional. Así se describe el senegalés Cheikh Fall, de 35 años, más conocido en África con el seudónimo cypher007, una cuenta de Twitter seguida por más de 60 mil personas.

En los últimos años Cheikh Fall se convirtió en uno de los ciberactivistas más populares del continente africano. Fue el creador de la campaña #sunu2012 para el control ciudadano de las elecciones presidenciales en Senegal de 2012 y de la primera red de blogueros de Senegal.

Pero su gran creación es, sin duda, AfricTivistes, la liga africana de blogueros y activistas web por la democracia. Fundada en 2015, esta plataforma tiene como objetivo proteger la seguridad de los disidentes digitales, que está en riesgo en las pseudodemocracias.

“En solo 10 años -dice el bloguero desde la mesa de un bar del centro de Dakar- el internet senegalés experimentó varias fases. Entre 2006 y 2008 pasamos de los telecentros, donde solo se podía llamar, a los cafés internet”

“En 2010 -continúa- vivimos el auge de los cibercafés de lujo, los ordenadores con pantalla plana, los procesadores Pentium3 y una conexión que empezaba a ser decente. En 2014 se expandió el fenómeno de los blogueros, de la mano de las primeras personas que denunciaron problemas sociales de todo tipo”.

Dice por último que “en 2015, se abrieron las plataformas de agregación Atelier des Medias y Mondo Blog, con el apoyo de algunos medios de comunicación europeos, a través de las cuales los blogueros pudieron hablar de tú a tú con el resto del mundo”.

La peculiaridad de los blogueros senegaleses, destaca Cheikh, vestido con el traje tradicional local de la zona y el imprescindible gorro de lana, es que se interesan sobre todo por cuestiones políticas como la ciudadanía activa, la participación ciudadana y la conciencia colectiva.

“A diferencia de otras zonas del mundo y de África, aquí la palabra bloguero está íntimamente relacionada con el ciberactivismo. Esto se debe a que los ciberactivistas dieron vida a las comunidades nacidas en un segundo momento, tanto en Senegal como en otras partes de la región”, señala.

Los días 22 y 23 de junio Uagadugú, la capital de Burkina Faso, recibió a más de 200 activistas y blogueros de todo el continente con motivo del segundo foro de AfricTivistes, titulado “La democracia digital en África: ¿qué mecanismo de cooperación tiene que haber entre el gobierno y los actores de la sociedad civil?”.

“La primera cumbre la celebramos en Dakar en 2015. Después de eso, al volver a casa, algunos de nuestros blogueros fueron encarcelados o perseguidos. Algunos huyeron al exilio”, recuerda.

Refiere: “ahí nos dimos cuenta de la necesidad de interaccionar más con las instituciones con el fin de transmitir un cambio compartido, con menos teatralización y con más profundidad”.

“Los jóvenes africanos piden a sus políticos integridad, lucha contra la corrupción y transparencia, y nosotros somos sus portavoces. En la cumbre de Uagadugú incluso intervino el presidente de Burkina Faso, Kaboré. Una buena señal”, afirma.

Sin lugar a dudas Senegal vive una fase de mayor libertad de expresión que la que tenía en años anteriores, pero el camino aún es cuesta arriba.

Cheikh indica que “vivir en democracia sin respeto por las libertades individuales es un espejismo. ¿Dónde está la tan publicitada libertad de expresión cuando los activistas son perseguidos y censurados?”.

Entre los perseguidos que menciona Cheikh Fall están los estudiantes universitarios.

Los colectivos de estudiantes senegaleses intentan contrarrestar a los medios de comunicación controlados por el gobierno, que ignoran o incluso alteran sus reclamaciones. Y lo hacen sirviéndose de los nuevos medios de comunicación.

Aida Thiao es estudiante de la Universidad Cheick Anta Diop de Dakar, la más grande del país, y expresidenta de la Asociación Nacional de Estudiantes de Ciencia y Salud de Senegal.

Acepta conversar en un aula vacía de la Facultad de Medicina: “Los medios de información nacionales a menudo son parciales cuando se trata de decir algo que va en contra del gobierno. Así que decidimos gestionar nosotros mismos nuestra información”.

“Creedme, si los estudiantes quieren que un mensaje pase, pasa. En este sentido las redes sociales son muy útiles”, asegura.

Los meses de abril y mayo fueron muy calurosos. Los estudiantes de las principales universidades de Senegal se manifestaban contra los graves retrasos en el pago de las becas por parte del Estado.

En la ciudad de Saint-Louis, en la Universidad Gaston-Berger, los chicos, después de haber bloqueado los cursos, decretaron los “días sin billete”, en los que los estudiantes, que no recibían desde hacía meses el dinero de las becas, accedían a los comedores universitarios sin pagar.

Poco después tuvieron lugar los violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad apoyadas por el gobierno de Macky Sall. Como resultado, el 15 de mayo murió el estudiante Fallou Sene, de tan solo 20 años de edad.

“Al día siguiente -explica Aida- todas las universidades del país decretaron la suspensión de los cursos y los exámenes. Fallou es el segundo compañero que perdemos. Y siempre por el tema de las becas”.

Cuenta que “en 2014 le tocó a Bassirou Faye, aquí en mi universidad. Luego, otros representantes y yo fuimos llamados por el presidente Macky Sall para negociar una solución al problema de las becas. Rechazamos la invitación: no estamos hechos para las farsas”.

“Tras la muerte de Fallou en Dakar no salimos a la calle: los estudiantes somos la única esperanza de nuestras familias y no podemos convertirnos en carne de cañón”, comenta.

Las investigaciones sobre la muerte de Fallou Sène, que Macky Sall prometió llevar adelante, siguen en el aire.Mientras tanto, vuelve a ser normal ver filas interminables y nerviosismo en las ventanillas de los bancos adyacentes a la universidad.

“Después de la muerte del chico -concluye la líder estudiantil-, el gobierno pagó de inmediato las becas a los estudiantes. Eso significa que los fondos estaban disponibles ya antes”.

“Es un gravísimo insulto a los ciudadanos que pagan los salarios de los políticos y legitiman su poder. Ahora volvemos a tener retrasos en las becas. ¿Tendría que haber otro muerto para desbloquearlo?”, se pregunta.

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