Diputada cambia su apellido para pelear por la herencia de Socorro Romero Sánchez

Diputada cambia su apellido para pelear por la herencia de Socorro Romero Sánchez

 

Sobre el sonado caso por el conflicto de herencia que inicio la hoy diputada local Olga Lucía Romero Garci-Crespi con los sobrinos nietos Celis Romero y su madre, la Señora Estela Romero Bringas, en días pasados salió a la luz la cantidad real de la herencia de la Señorita Socorrito Romero Sánchez.

A decir del abogado de la familia Romero Celis, representante legal de los herederos de la fortuna, a lo sumo son 200 millones de pesos. Muy lejos de los 600 millones de dólares que se especularon. Una cosa es la herencia, y otra muy diferente el complejo industrial Socorro Romero Sánchez que sigue funcionando con Estela e hijos, al frente. En entrevista para un medio local, el licenciado Pérez Velázquez amplió la información sobre el sonado caso del largo juicio entre las familias Romero Celis y Garci-Crespo.

El abogado aclaró la falsa identidad de la diputada Olga Lucía, cuyo verdadero apellido paterno es Caballero, no Romero, como se hizo llamar desde que contendió por el puesto público que hoy ostenta. Incluso hay indicios del cambio legal de apellido. La política pidió a un tío que la adoptara para poder cambiarse el apellido y que ambos pudieran pelear por la herencia de su tía, con quien nunca tuvo contacto frecuente. Por esa razón, Socorrito no incluyó a nadie más que a su sobrina por línea directa.

Fue una relación de cariño y cuidado mutuo. Cuando Estela decidió casarse y formar una familia, la fortuna les jugó a ambas una mala pasada. El primer hijo de doña Estela falleció cuando se encontraba con su abuela Socorrito aprendiendo en las granjas familiares el cuidado y la producción de las gallinas ponedoras. El pequeño perdió la vida al caer de un pozo, sin que Socorrito pudiera evitarlo.

No existen fotos o pruebas que la diputada pueda mostrar como evidencias de su cercanía con la tía Socorro. Por ello, solo se han valido de pruebas falsas y acciones por debajo de la ley, que, hasta el día de hoy, y bajo la protección del gobierno de Barbosa, la diputada se vale de su puesto político para lograr sus fines personales.

La Señorita Socorro se distinguió en vida por ser una mujer de principios religiosos. Siempre evidenció su inclinación por la religión católica. Incluso tuvo la oportunidad de estrechar la mano de papas como Juan Pablo II. Siguiendo sus creencias, la solidaridad y filantropía de la Señorita obedecen a su creencia de compartir las bendiciones materiales que gozaba, por una convicción real de ayuda al prójimo.

Si el desprendimiento material era una de las características de la empresaria, no habría razón para excluir a alguien que mereciera, por su trabajo o cariño, recibir parte de la herencia familiar. Más teniendo en cuenta que fueron “familia”, aunque no directa. Incluso algunos fieles trabajadores de la empresa, que llevan décadas laborando, fueron recompensados por su dedicación con parte de las acciones.

En todo caso, el respeto a la última voluntad de toda persona debería garantizarse. Pero al no ser así, la familia Romero Celis se declara firme en la convicción de seguir trabajando para preservar la exitosa labor de la Señorita.

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