¿En serio?, ¿refundación del tamaño de la derrota?

¿En serio?, ¿refundación del tamaño de la derrota?

Tras la puerta del poder

 

Roberto Vizcaíno

Todos dentro del PRI saben que Enrique Peña Nieto pretende mantener el control de este partido aún después de dejar Los Pinos el 1 de diciembre próximo.

De ahí que los disidentes busquen alianzas para darle la batalla al mexiquense a fin de ir no sólo a una renovación democrática de la dirigencia nacional del tricolor sino de la restauración del partido histórico surgido de las causas y postulados de la Revolución Mexicana.

Los disidentes internos, en su mayoría con experiencia en las más recientes crisis del PRI, las de la pérdida de la Presidencia en el 2000 y el siguiente fracaso en 2006, saben que Peña Nieto perderá rápidamente el poder conforme se acerque y cumpla su salida de Los Pinos.

Por eso su reclamo hacia una refundación democrática, con la participación de todos y no sólo a través de la línea y la imposición desde la cúpula camina rápido. De alguna forma corrientes en sectores, personajes y grupos emergentes comienzan a intercambiar documentos y posiciones a fin de crear un frente común que los lleve a ser realmente tomados en cuenta dentro del proceso abierto por la renovación de la dirigencia del tricolor.

De acuerdo a los estatutos, los tiempos indican que este proceso deberá definirse en febrero de 2019, cuando Peña Nieto haya salido del poder.

En este proceso cuentan sin duda los pronunciamientos como el vertido ayer en El Universal por el sinaloense Francisco Labastida, quien fuera el primer candidato presidencial del PRI en perder una contienda.

Reconocido como uno de los personajes más serios dentro del priísmo, Labastida indicó que la dramática derrota que dejó en un lejano tercer lugar al PRI en esta ocasión fue producto de la soberbia e inexperiencia, los errores del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, y la pésima selección de candidatos, comenzando por José Antonio Meade quien nunca pudo empatar con la militancia del tricolor.

A ellos se sumó que ni el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza ni el coordinador de la campaña, Aurelio Nuño, tenían experiencia electoral.

Y para el colmo los giros y decisiones de la campaña eran consultados con el presidente Enrique Peña Nieto, en lugar de con el candidato.

A los errores anteriores se suma la decisión de quitar los candados que obligaban a que el candidato presidencial fuese un militante con experiencia electoral.

En este contexto no fue extraño, afirmó Labastida, que Morena arrollara con 53% de los votos para obtener no sólo Presidencia para Andrés Manuel López Obrador, sino mayorías casi totales en el Congreso y en casi 20 congresos locales.

Claro que detrás de esta derrota, afirmó el sinaloense, también suma la corrupción de los gobernadores priístas y de funcionarios públicos federales, así como el grave deterioro de la imagen del Presidente Peña Nieto.

Encima de todo el PRI con Ochoa Reza, dijo Labastida, “se lleno de gente impresentable como José Murat” para mencionar uno.

 Consideró que va a ser difícil recobrar al PRI, pero no imposible.

“México necesita un partido de centro izquierda… hay que rediseñarlo para que enarbole banderas que demandan los mexicanos. Pero hay que empezar al interior del partido. El partido necesita una cláusula de admisión… no se debe aceptar a nadie con historial de corrupción”, enumeró.

  • ¿Son necesarios los candados?,, se le preguntó.

“Sí, el candidato debe ser del partido… Ahora hay que ver hacia adelante…”

Labastida no se excluyó de la posibilidad de entrar en el proceso de recuperación y relanzamiento del PRI.

En eso andan otros muchos, cientos de tricolores en casi todos los estados.

EN EL PAN NO SE QUEDAN ATRÁS

Y así como caminan las cosas en el PRI, dentro de Acción Nacional el proceso de recuperación va a todo vapor.

Ayer el senador Ernesto Ruffo adelantó que, con base en la triste experiencia de la elección del 1 de julio, en la revisión y reestructuración de los estatutos del blanquiazul, se deberá incluir un candado inevitable: que dirigentes del PAN no puedan postularse nunca más a cargos de elección.

Quien fuera el primer gobernador de Acción Nacional, subrayó que la dirigencia nacional del PAN no debe volver a ser escalón para que alguien pretenda llegar a posiciones de Gobierno.

Indicó que es necesario que la vida interna del PAN regrese a la deliberación y a la voluntad de la asamblea, para que se aparten de las designaciones de las cúpulas, ya que eso solo genera panistas de primera y segunda clase.

La presidencia del PAN afirmó, debe ser un espacio para las ideas y la generación de oportunidades.

Así, mientras los senadores Ernesto Cordero y Jorge Luis Lavalle se preparan para dar la batalla en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por revertir su expulsión del PAN, la Comisión Permanente de Acción Nacional iniciará mañana jueves el análisis de los resultados de la elección presidencial del 1 de julio y las causas de la derrota de Ricardo Anaya.

PROPUESTAS ALTERNAS

Ante el anuncio del presidente electo Andrés Manuel López Obrador de que concentrará todas las adquisiciones y contrataciones de servicios y obras en una sola ventanilla de la Secretaría de Hacienda que encabezar el economista Carlos Urzúa, ya surgieron voces que buscan ser tomadas en cuenta para darle una supuesta mejor orientación a esta decisión.

Es por ello que Alejandra Palacios, comisionada presidenta de la Comisión Federal de Competencia, la Cofece, afirma que la propuesta deAMLO de abrir una sola ventanilla para las adquisiciones gubernamentales es viable y puede generar verdaderos ahorros si en lugar de eso se crea un mercado digitalal que acudan todos los proveedores.

Eso permitiría, afirma Palacios, “dar poder de compra y negociar precios con el mercado”, y evitaría la colusión entre competidores.

Reconoció que no es posible concentrar el total de las compras de las dependencias gubernamentales, pues existen algunas adquisiciones que son demasiado específicas.

Manuel Molano, director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), consideró que el Gobierno es un conjunto de unidades compradoras con retos particulares y en ese sentido centralizar las compras puede funcionar si se adquieren lápices y computadoras, pero si una institución requiere un insumo especializado, no es factible que Hacienda negocie todos los requerimientos.

Comentó que si bien el IMCO está a favor de gastar eficaz y transparentemente el presupuesto, está el riesgo de que por cumplir ese objetivo se “pare” la operación de las dependencias por falta de recursos para hacer compras.

Max Kaiser, director de Anticorrupción del IMCO, dijo a su vez que una preocupación es que la centralización implique que Hacienda tome decisiones de política pública de contrataciones.

La Cofece, adelantó Palacios, propondrá al próximo Gobierno la creación de un mercado virtual de compras públicas, que esté enfocado en la adquisición de bienes homogéneos y de montos relativamente menores.

“Es un mecanismo similar al que está proponiendo el virtual secretario de Hacienda, nada más que a una escala más pequeña”, detalló.

Cuando esta estrategia se ejecuta adecuadamente se pueden conseguir ahorros de entre 15 y 20 por ciento del monto originalmente destinado a las adquisiciones, según Palacios.

 

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