Opinión

·         Afirma que no es fácil romper estos círculos donde los intereses de los pocos se han apoderado de los recursos y de producción y de los procesos de distribución en perjuicio de los demás

BLAS A. BUENDÍA

Al señalar que “las crisis son un momento cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”, el Doctor en Derecho Miguel Arroyo Ramírez hizo un llamado a la sociedad que en “los momentos difíciles donde hay coyunturas hay que aprovecharlos para tomar nuevos rumbos”, esto en relación a los períodos que vive la Nueva República con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Evocó a Antonio Gramsci (1891-1937) quien fue un filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano y quien escribió sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística, siendo además uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano, encarcelado bajo el régimen fascista de Benito Mussolini.

Gramci desarrolló el concepto de que la toma del poder debe ser precedida por un cambio de la mentalidad de las personas. Con esta nueva visión, los intelectuales se transformaron en combatientes; la enseñanza se convierte en el arma más importante, y la escuela se torna el campo de batalla. Para Gramsci, las masas deben deshacerse de los “prejuicios y tabúes”, que son parte de la visión del mundo de la clase dominante.

En este tenor, el Doctor Miguel Arroyo Ramírez, integrante del Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, precisó que el actual régimen mexicano está preocupado por modificar lo que ha estado mal durante muchos años y dejar atrás lo que ha estado mal a lo largo del tiempo, durante décadas.

“Es muy complicado porque hay muchas resistencias, porque evidentemente hay intereses que se afectan, porque no es fácil romper con los círculos viciosos que se crean en una sociedad, sobre todo cuando han estado creados con el contubernio del poder”, dijo durante su comentario jurídico-político de Antena Radio que se emite por las ondas hertzianas del 107.9 FM, del Instituto Mexicano de la Radio (IMER).

Nada más hay que recordar –ilustró-  cuando las Leyes de Reforma en México se promulgaron, que fundamentalmente se debieron a la desamortización de los bienes en manos de un grupo religioso muy importante, restaría develar nombres en esta palestra para que no se mal entienda el comentario sobre los momentos de crisis que vive México.

Y, por otro lado –añade- cuando se establece la laicidad de una serie de ejercicios  cívicos como era el Registro Civil, cuando este se hace laico; en fin, cuando se afectan esos intereses nada más nos costó una guerra de tres años, nada más ni nada menos y por supuesto los liberales salieron victoriosos porque la razón siempre acaba de imperar sobre los intereses particulares.

“La razón que busca el beneficio de la sociedad, el beneficio de lo público, el beneficio de los individuos, en otros términos, del pueblo”, subrayó.

Emplazó a la sociedad que contemple las situaciones desde esta óptica para entender el desarrollo que debe alcanzar todo el país, “y por supuesto que no es fácil romper estos círculos donde los intereses de los pocos se han apoderado de los recursos y de producción y de los procesos de distribución en perjuicio de los demás”.

Sin embargo –puntualizó- cuando hay el sentido del beneficio nacional antes de que el beneficio de los intereses de grupúsculos, siempre dominara el beneficio de todos.

“De esta manera se construyen las sociedades en donde los hombres libres y de buenas costumbres, libres en el sentido de que no se subyugan ante ningún interés, y de buenas costumbres en el sentido de que se hacen una moral ciudadana antes que otro tipo de conductas. Cuando esto ocurre, por supuesto que los resultados siempre son buenos”, concluyó.