México debería aliarse a China, Rusia, India, y Emiratos Árabes para no ceder soberanía al gobierno de Trump: Alejandro Rojas Díaz Duran

México debería aliarse a China, Rusia, India, y Emiratos Árabes para no ceder soberanía al gobierno de Trump: Alejandro Rojas Díaz Duran

Mérida, Yucatan, a 16 de junio (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-El Gobierno de México debería enviar, a la brevedad posible, misiones diplomáticas y empresariales de primer nivel a China, Rusia, La India y Emiratos Árabes, para acelerar las firmas de tratados de libre comercio y de inversiones directas de capital, a fin de abrir soluciones alternativas para redefinir nuestra posición frente al Gobierno del Presidente Donald Trump y no ceder ante el chantaje migratorio y arancelario, en donde podemos perder soberanía.

La soberanía no se negocia. Se defiende y se fortalece.

Por eso, es indispensable un Plan B, que construya vías de compensación que permitan un nuevo modelo económico, bajo un desarrollo sustentable y un acelerado crecimiento económico, que expanda el mercado interno, se concesionen a esas nuevas inversiones directas, que unidos al capital nacional, las grandes obras de infraestructura en varias áreas de la economía, como 2 nuevos HUB aeroportuarios, uno en el área metropolitana y otro en la Riviera Maya; una red de trenes de alta velocidad para comunicar a todas las zonas metropolitanas del país; la creación de zonas de baja imposición fiscal para las zonas turísticas; la construcción de 3 áreas para el desarrollo de la Economía del conocimiento, la mentefactura, la innovación tecnológica y las patentes, así como el desarrollo de energías limpias, sustentables y hasta las mismas plantas de refinación y procesamiento de productos derivados del petróleo, silicio, uranio y otros recursos que México posee en grandes cantidades.

Este nuevo modelo de desarrollo es altamente generador de empleos bien remunerados; el mercado interno sería expansivo y potenciaríamos la industria nacional en todas sus ramas, impulsando un crecimiento económico sostenido de tasas arriba del 5% anual, en donde el Estado mexicano oriente la riqueza generada para elevar la calidad de vida de todos los mexicanos y sacar de la pobreza y de la marginación a millones de mexicanos, invirtiendo en alimentación, salud, educación y vivienda para todos los olvidados de México.

Igualmente, con esos aliados estratégicos podríamos desarrollar nuestra propia industria automotriz, sobre todo la de autos y transportes eléctricos no contaminantes; podríamos impulsar una poderosa industria naval y hasta plantas nucleares generadoras de energía, tan solo Estados Unidos tiene 104; Japón 54; Francia 59; Canadá 18; España 7; Rusia 40; Corea del Sur 26; Alemania 17; China 30.

¿Por qué México no desarrolla con estos países su industria nuclear para fines pacíficos y para el desarrollo económico, tal y como sí lo hacen ellos, máxime que en nuestras tierras hay grandes cantidades de uranio?

Nos estamos tardando.

En vez de enfrentar esta crisis con el Gobierno de Trump como un problema, hay que asumirla como una nueva oportunidad de redefinir un nuevo futuro para la Nación en beneficio de todos los mexicanos.

Rechazo rotundamente en que México se convierta en rehén comercial de Estados Unidos y que nos confine al triste papel de ser custodio y Border Patrol del Presidente Trump, que derivará en una crisis migratoria y humanitaria de proporciones mayúsculas, generando conflictos, presiones presupuestales y violando el derecho inalienable que posee todo ser humano de migrar.

Si redefinimos nuestro modelo de desarrollo, también vamos a despresurizar socialmente las regiones en donde arriban los migrantes.

Tenemos que redefinir nuestro Plan Nacional de Desarrollo con una visión de 50 años con esos nuevos aliados estratégicos, articulando el nuevo andamiaje jurídico, financiero, presupuestal y fiscal, que incentive las inversiones, que potencie la creación de empleos y acelere lo necesario para garantizar certeza jurídica, pero lo más importante, que tengan como objetivo y espíritu fundamental: comenzar ya a disminuir drásticamente la desigualdad, la pobreza y la miseria en la que viven millones de mexicanos.

Debemos tomar de nueva cuenta, la iniciativa política y diplomática del Gobierno de la República, para desplegar toda la experiencia de nuestra rica y respetada tradición en materia de política exterior y redefinir a nuestros nuevos aliados estratégicos, ya que al parecer, el Gobierno del Presidente Trump, no desea cuidar nuestra vecindad, cooperación y protección de nuestros derechos soberanos.

Tenemos el derecho inalienable de nuestra autodeterminación, bajo el amparo de todos los tratados, acuerdos y resoluciones de la ONU y los organismos internacionales multilaterales de todo el mundo. Es nuestro legítimo derecho redefinir nuestro Proyecto de Nación y a nuestros nuevos aliados estratégicos.

Estoy seguro de que si el Gobierno de los Estados Unidos observa ese giro en nuestra posición, aunado a que vean y sientan que el pueblo de México apoya por aclamación al Presidente de México si decide demostrar que el mundo no inicia ni se acaba en los Estados Unidos.

Somos un concierto de naciones libres e independientes que deseamos fortalecer nuestros lazos y aumentar nuestro nivel de cooperación y de inversiones. La interdependencia económica debe ser un acuerdo beneficioso de las voluntades de pueblos y Gobiernos.

La interdependencia económica no debe ser obligada, coaccionada ni debe amenazar la paz, la seguridad, la libertad y la soberanía de ningún país.

El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, durante su comparecencia en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, pidió que serían bien recibidas y estudiadas las propuestas que le hiciéramos llegar.

Pues aquí está y es de urgente y obvia resolución, que dotaría al Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador de una posición de firmeza y contundencia en las negociaciones con el Gobierno de los Estados Unidos.

Demostremos de qué estamos hechos: de dignidad y patriotismo.

Son momentos en los que México no puede ceder ante el chantaje comercial, migratorio o diplomático de parte del Gobierno de Trump, ya que nos mantendrá todo este tiempo electoral en los Estados Unidos, en una incómoda posición, de suyo ya desventajosa para nosotros en todos los sentidos.

Ganar tiempo, es no ganar mucho. Porque si el Presidente Trump nos quiere aumentar los aranceles a rajatabla, será su instrumento de presión permanente, por lo hay que ir pensando en un plan A, plan B y plan C.

El Plan A sólo nos va a desgastar y nos van a seguir disminuyendo margen de maniobra, hasta que perdamos la soberanía, porque el día en que permitamos que ellos definan nuestra política migratoria, lo demás lo será lo de menos para ellos.

No podemos permitir dejar trozos de soberanía en las futuras mesas de negociación.

Por eso, es urgente aperturar un frente diplomático alternativo, en la que se revierta la presión: es decir, los propios intereses económicos y políticos de Norteamérica, más su pueblo consumidor, ponderan que el Gobierno de la República tiene todo el respaldo del pueblo de México para m evitar que se mancille la dignidad y la soberanía nacionales.

Recordemos el principio de la política exterior del Gobierno norteamericano, enunciada por el Secretario de Estado John Foster Dulles: “Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses”.

No debemos permitir ese trato.

Ellos tienen claridad de que su objetivo es que su frontera sur, sea nuestra propia frontera sur y que México sea responsable de la pesada carga de las migraciones hacia Estados Unidos, que son uno de los desafíos y de los fenómenos más grandes del siglo XXI.

Que no nos quieran espantar con el petate del muerto, porque ellos también perderían mucho más que nosotros, si pactados nuevas alianzas estratégicas con los países con los que ellos tienen una competencia comercial intensa y de inversiones y siendo sus aliados en el corto y mediano plazo,

Es indispensable que el Presidente Andrés Manuel López Obrador expanda su visión multilateral de cooperación y desarrollo con estos países, con el claro objetivo de encontrar nuevos aliados comerciales y de inversiones, para no tener siempre la espada de Damocles sobre nuestra soberanía nacional.

Simultáneamente, MORENA debe iniciar una gran campaña nacional para que los mexicanos dejemos de consumir productos y servicios norteamericanos, porque no podemos permitir que un gobierno extranjero nos quiera imponer decisiones que ponen en riesgo la seguridad y la soberanía nacional.

No esperemos a que el Presidente Trump y su Gobierno nos pretendan sentar como párvulos para ser evaluados. Eso es indignante y repudiable.

Una cosa es la cooperación con respeto a la dignidad de nuestra Nación y otra muy distinta, es la de permitir que nos traten como sus vasallos de traspatio.

Eso es inaceptable.

Por eso, es urgente que se considere nuestra propuesta, cuyo único fin es la de ofrecer alternativas ante la crisis en las que nos encontramos.

Hay que iniciar construyendo otros puentes de entendimiento, reciprocidad, amistad, desarrollo y prosperidad que les deseamos a todos los pueblos del concierto internacional, comenzando por nuestro propio pueblo de México.

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