Munto Patitas deja huella en el rescate de perros maltratados y abandonados

Munto Patitas deja huella en el rescate de perros maltratados y abandonados

Ciudad de México, 21 de Octubre  (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-Max, un perro mestizo tipo labrador de un año y medio de edad, fue víctima de la falta de afecto de su “dueño”, un hombre que bajo los efectos del alcohol y las drogas, y como una supuesta muestra de cariño, lo golpeaba mientras le hablaba en un tono cada vez más fuerte.

Ciudad de México, 21 de Octubre  (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-Max, un perro mestizo tipo labrador de un año y medio de edad, fue víctima de la falta de afecto de su “dueño”, un hombre que bajo los efectos del alcohol y las drogas, y como una supuesta muestra de cariño, lo golpeaba mientras le hablaba en un tono cada vez más fuerte.

En una ocasión, para presumir su dominio hacia el animal, el hombre grabó la acción y la difundió en su red social; ese video llegó a la Asociación Mundo Patitas, quien dio la lucha para rescatarlo y se aseguró de que ningún perro llegue a las manos del agresor.

Ahora, Max se divierte con más de 50 perros que conviven en un albergue de la asociación, al cual para llegar hay que recorrer un largo camino desde la Ciudad de México hasta la colonia Santiago Tlaltepoxco, en el municipio de Huehuetoca, Estado de México.

Un olor a limpio, a perro recién bañado y Soledad Bautista, una de una de las mujeres encargadas del albergue, reciben a las personas en un lugar permeado de los rostros tristes, otros tantos de enojo, desesperación, miedo, pero también de alegría del grupo de canes en un ambiente lleno de ladridos.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 57 de cada 100 personas en México tienen mascota en casa, y de estas, 89 por ciento tiene un perro, y son los millennials quienes invierten más tiempo y dinero en uno de estos animales como y lo hacen parte de su familia.

Algunos perros tienen la fortuna de crecer rodeados del cariño de una familia, sin embargo, otros son lesionados, torturaos, con mala alimentación, e incluso, en estado de abandono.

Es así como las historias de maltrato que marcaron la vida de los más de 50 perros rescatados por la asociación Mundo Patitas, dejaron atrás su pasado y encontraron un hogar un refugio en espera de llevar alegría y amor a una nueva casa.

“La gente piensa que los animales no sienten, pero ellos al igual que nosotros tienen miedo, hambre, frío, necesidad de afecto, refugio y protección”, expresó Norma Huerta, fundadora de esta asociación, quien dijo que se especializan en rescatar a animales en situación extrema de maltrato, abandono y riesgo.

Actualmente resguardan a alrededor de 50 canes, sin embargo, son cientos de historias las que Norma ha encontrado a lo largo de 12 años de existencia de Mundo Patitas.

Aunque Max es uno de los casos más destacados de violencia dentro del albergue, hay casos aún más graves que terminan con la vida de los peludos, ya sea porque no pudieron ser rescatados a tiempo o porque llegan a manos de los integrantes de la asociación en situaciones muy críticas.

“Todos tienen historias desafortunadas, pero también una gran oportunidad de encontrar una familia que los valore, les devuelva la confianza en ellos mismos y en los humanos, así como de tener una familia digna”, dijo Huerta en entrevista con Notimex.

En Mundo Patitas, un equipo de 12 personas y entre 250 y 300 voluntarios itinerantes recibe reportes de maltrato a través de las redes sociales o vía WhatsApp; rescatan a aquellos que más corren peligro; los rehabilitan física y emocionalmente, para posteriormente trasladarlos al refugio de Huehueteca.

“Los perros se llevan al veterinario, se les cura, vacuna, esteriliza, se les ayuda si es que presenta problemas conductuales, y cuando están listos, los llevamos cada domingo al Parque México para que sean adoptados”.

Cada rescate se da a conocer a través de las redes sociales, de esta forma las personas que se solidarizan con la causa pueden aportar con donaciones en efectivo, depósito o en especie, para la recuperación de cada perro, sus cirugías, en caso de requerirlas, y rehabilitación.

“Después de todo un proceso solo hace falta que una familia les dé una nueva oportunidad. Hay perritos que nacen con estrella y otros que nacen estrellado, el tiempo de adopción puede variar de entre tres semanas o hasta años”, apuntó Huerta.

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