Se pierde el 35% de agua por fugas en el Valle de México
Ciudad de México, 26 de Octubre (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-Alrededor del 35 por ciento del agua que abastece al Valle de México se pierde por fugas en las redes de distribución. De los 63 metros cúbicos por segundo que llegan, se desperdician 21.5 metros cúbicos. “El nivel de fugas es alarmante”, advirtió Manuel Perló Cohen, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, a propósito de los cortes en el suministro, anunciados para fin de mes.
Ciudad de México, 26 de Octubre (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-Alrededor del 35 por ciento del agua que abastece al Valle de México se pierde por fugas en las redes de distribución. De los 63 metros cúbicos por segundo que llegan, se desperdician 21.5 metros cúbicos. “El nivel de fugas es alarmante”, advirtió Manuel Perló Cohen, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, a propósito de los cortes en el suministro, anunciados para fin de mes.
En tanto, Ana Rosa Moreno Sánchez, experta en salud pública de la Facultad de Medicina (FM), afirmó que 88 por ciento de los casos de diarrea son causados por agua contaminada, que genera también gastroenteritis, fiebre tifoidea, cólera y hepatitis A, entre otras enfermedades; en este sentido, pidió tomar medidas para evitar que los microbios contaminen este recurso.
Perló Cohen consideró que los cortes en la capital del país y en 13 municipios mexiquenses, del 31 de octubre al 3 de noviembre, serán cada vez más frecuentes y prolongados. Así lo demuestra la tendencia histórica de la última década y las graves afectaciones del sistema Cutzamala, uno de los 10 sistemas más grandes, complejos y costosos del mundo.
“Esto debe servir de reflexión, análisis y toma de conciencia sobre lo que significa traer el líquido de cuencas distantes como Cutzamala y Lerma”, dijo.
En conferencia de medios en el auditorio Fernando Ocaranza de la FM, señaló que el sistema Cutzamala tiene un consumo de energía de dos mil 200 millones de kilovatios hora (kWh) al año, equivalentes al tamaño de una ciudad como Puebla.
El caudal promedio que suministró al Valle de México en el periodo 2006-2012 fue de 14.5 metros cúbicos por segundo: la aportación para uso público en el Estado de México fue de 5.5 metros cúbicos por segundo y para la CdMx de 9.03 metros cúbicos por segundo.
“Las autoridades capitalinas, mexiquenses y nacionales deben emprender desde ahora un plan de manejo del Cutzamala para aprovechar sus recursos y administrarlos de manera justa, eficiente y sustentable. Este plan debe contemplar una mejor gestión del propio sistema, que padece de fugas y extracción ilegal de agua”.
Es fundamental un uso más eficaz y sostenible de los abundantes recursos propios, disponibles dentro de la cuenca, que son de 40 metros cúbicos por segundo, indicó.
Fugas y falta de mantenimiento
El Cutzamala, remarcó el universitario, necesita urgentemente de servicios de mantenimiento en su almacenamiento y conducciones, plantas de bombeo, instalaciones eléctricas y planta potabilizadora.
De no tomar las medidas adecuadas, alertó, mañana estaremos más cerca de vivir el “día cero” que padeció Ciudad del Cabo (Sudáfrica) este año: faltará agua de manera permanente, prolongada y aguda.
“El incremento de la demanda de este recurso en el Valle de México no puede resolverse con el caudal proveniente del Cutzamala; al contrario, paulatinamente tendrá que ir disminuyendo. Además, no se puede aumentar la sobreexplotación de las fuentes subterráneas. Por eso la clave de nuestro futuro radica en lo que hagamos en la ciudad y su zona metropolitana”.
El agua y la salud
Moreno Sánchez resaltó que el consumo de agua limpia y hábitos comunes como lavarse las manos después de ir al baño y antes de cocinar, contribuyen a la salud de las personas. “Si no tiene un aspecto claro, sin olor, sin sabor, libre de microbios y sustancias dañinas, significa que está contaminada y puede causar graves enfermedades”.
Por ello, la experta en salud pública recomendó purificar o hervir el agua si no está limpia. Desinfectar con dos gotas de cloro por litro el líquido proveniente de fuentes poco seguras como lagunas, ríos, tanques abiertos o pozos.
Mantener tapados los recipientes de agua potable, en un lugar limpio y elevado. Asegurarse de que las heces de los animales se mantengan lejos de las viviendas, caminos, pozos y lugares en donde juegan los niños.
Alejar el líquido residual de cualquier reserva de agua destinada a beber, cocinar o lavarse. Tomarla siempre en vasos o tazas limpias y utilizar un cucharón.
“Es fundamental no desperdiciarla y estar conscientes de los altos costos económicos y sociales que tiene”, concluyó.