Salud y seguridad pública, dos graves pendientes
Análisis a Fondo:
Francisco Gómez Maza
· La economía puede seguir funcionando; es cuestión de sumas y restas
· Lo dificilísimo es arreglar la atención a la salud y acabar con la maña
A fin de cuentas, la economía mexicana siempre ha marchado lentamente, muy lentamente, cayéndose y levantándose, dando tropiezo tras tropiezo, desde que la empezó a abandonar a su suerte, o más bien a la suerte del capital, Miguel de la Madrid Hurtado, y la remató Carlos Salinas de Gortari, entregándola toda a la empresa privada. Y la economía no les ha fallado a los detentadores del capital y sí, y con saña, a los trabajadores.
Con todo sigue vivita y coleando. En el gobierno de Vicente Fox estuvo en receso durante la mitad del sexenio por lo menos, como lo documentó recientemente el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath. Durante el gobierno de Calderón y Peña Nieto siguió sufriendo de enanismo galopante, pero como les digo, sólo para los trabajadores que viven de los milagros de la virgencita de Guadalupe y del San Juditas.
Esta ha sido la realidad de esta economía que está ubicada por lo menos entre las 15 economías más fuertes o poderosas del mundo y ahí va enriqueciendo a unos cuantos y a los políticos del PRI y el PAN y de uno que otro minipartido satélite, como el verde, quienes nunca habían advertido de que ya estábamos en recesión, como lo acaba de hacer Merrill Lynch, versión que recogieron prácticamente la inmensa mayoría de medios de propaganda que circulan en los kioscos citadinos o en la WWW y que destacó en su página frontal el periódico de los Junco de Monterrey.
Pero hay que ser honestos, la economía, entendida como las finanzas, el Producto Interno Bruto, la inflación, en honor a la verdad, son mucho menos importantes de lo que ocurre en los hospitales y en las calles de las ciudades. El sistema sanitario quedó hecho un desastre. Esa es la verdad. Y no es que yo defienda a López Obrador, pero si vamos a buscar culpables busquémoslos en el pasado priista panista, aunque ha habido graves equivocaciones, elementales errores en la actual administración.
Pero no había o no hay medicamentos en muchos hospitales porque se los robaban, materialmente se los llevaban a su casa. Bueno. Se llevaban hasta los insumos básicos para cocinar los alimentos de los pacientes, imaginen y no sólo hablo del sistema hospitalario de la capital del país y de las grandes capitales, sino de todo el país. Hay lugares, por ejemplo, Tuxtla Gutiérrez, en donde niegan servicios como los de análisis de laboratorio y mandan a los pacientes a laboratorios privados que son propiedad de familiares del gobernador, cuando el gobernador era Manuel Velasco Coello.
Por lo que respecta a la seguridad, es tan preocupante como el mal tratamiento de la salud de los trabajadores. Mi pariente, como el millonario, se va a Houston a que le hagan la vasectomía porque tiene miedo que acá le pongan hormonas femeninas y se vuelva gay.
Les digo. Muy difícil hablar en términos de ciencia económica en un país en el que quien tiene más saliva traga más pinole. Ya ven. El expresidente Peña ya se fugó de la justicia mexicana, ya que está involucrado en la corrupción que desmanteló a Petróleos Mexicanos y quien le hacía el trabajo sucio, o uno de los que se lo hacía, Emilio Lozoya Austin también anda a salto de mata. Y Salinas de Gortari muy pronto desaparecerá si no es que ya desapareció por estar metido hasta las manitas en el caso Antonio Collado, quien ya fue a parar al presidio con todo y tenis.
Si recesión es que todos los ladrones del sexenio pasado vayan a parar a cualquier reclusorio, pues este país ya está en recesión. Pero la economía está muy boyante para ellos y para los de siempre que usted conoce y que nunca pagaban miles de millones de impuestos fiscales al SAT porque eran amigos del presidente. Difícil aplicar las leyes de la economía como ciencia en un país de ladrones. Lo que hay que aplicar aquí es la ley y meter a todos a la cárcel como lo hicieron en el 2008 los islandeses con sus banqueros y sus políticos. Y desde entonces la economía de los trabajadores de aquella isla donde pareciera que nunca alumbra el sol se compuso y ahora todos comen carne diariamente, aunque no es bueno comerla todos los días.
Y entonces la seguridad pública mejoraría porque los criminales comunes ya no tendrían el apoyo de los criminales de cuello blanco.