En primer acercamiento, Biden y Putin ‘salvan’ tratado de armas nucleares
Los presidentes de EU y Rusia conversan por primera vez y llegan a un acuerdo para extender el tratado de control de armas Nuevo START
Rusia y Estados Unidos llegaron a un acuerdo para prorrogar el tratado de control de armas Nuevo START, informó el martes el Kremlin, una medida que preserva el último gran acuerdo de este tipo entre las dos mayores potencias nucleares del mundo.
El pacto, que expiraba el próximo mes, limita el número de cabezas nucleares estratégicas, misiles y bombarderos que Rusia y Estados Unidos pueden desplegar.
Moscú y Washington no habían logrado acordar una prórroga bajo el mandato de Donald Trump, cuyo gobierno había querido poner condiciones a una renovación que Rusia rechazó.
El Kremlin hizo el anuncio en un comunicado en que agregó que los presidentes Vladimir Putin y Joe Biden habían hablado por primera vez desde que el demócrata asumió el cargo la semana pasada.
El Kremlin dijo que los líderes “expresaron su satisfacción” por el intercambio de notas diplomáticas entre los países a primera hora del martes que confirmaban la prórroga del acuerdo.
Agregó que los procedimientos necesarios para que el pacto entre en vigor antes de que expire el 5 de febrero se completarán en los próximos días.
La prórroga es en interés de ambos países, así como del mundo entero”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), firmado en 2010, es considerado como la piedra angular del control mundial de armas.
El embajador de Rusia ante Naciones Unidas en Ginebra, Gennady Gatilov, dijo que la prórroga del pacto dará a Moscú y a Washington más tiempo para trabajar conjuntamente en otras cuestiones de seguridad internacional.
El Kremlin sostuvo en el mismo comunicado que Putin dijo a Biden que una normalización de las relaciones entre Moscú y Washington sería en interés de ambos países.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó que Biden expresó también su preocupación por el “envenenamiento” del opositor ruso Alexei Navalni, actualmente encarcelado.