¿Fuerzas Federales desaparecen gente?

¿Fuerzas Federales desaparecen gente?

Análisis a Fondo

Francisco Gómez Maza

  • La denuncia es del Alto Comisionado de la ONU para los DH
  • Cinco de las víctimas son, o eran, niños de no más de 14 años

Estos individuos sin corazón que conforman el gobierno, en este trozo del planeta llamado México, “…el ombligo del Lago de la Luna”, no sólo no hacen nada para detener la gran escalada de desapariciones forzadas, cuyos resultados rebasan las 30 mil, sino que presuntamente prohíjan, presuntamente permiten (¿traman? ¿ordenan?) que fuerzas de seguridad federales levanten a ciudadanos y los hagan mierda en el anonimato de mazmorras, para luego aparecer convertidos en osamentas en los cementerios clandestinos perdidos en la geografía nacional.

Precisamente, este día 30 de mayo, cuando concluye la Semana Internacional de las Personas Desaparecidas, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, ha llamado a las autoridades mexicanas a tomar medidas urgentes para frenar la ola de desapariciones forzadas en la tamaulipeca Nuevo Laredo y sus alrededores, presuntamente cometida por una fuerza federal de seguridad.

Aquí es cuando uno refuerza versiones, trascendidos, sospechas, denuncias de víctimas que tienen la suerte de sobrevivir, acerca de la autoría de la violación de los derechos humanos de la gente. Quiénes son los autores de las ejecuciones, de los secuestros, de los levantones, de las amenazas de muerte. ¿Los criminales vestidos con ropa de paisano, o los criminales revestidos con uniformes policiales y militares, negros, azules, blancos y verde olivo? Porque si militares secuestran no se les puede llamar héroes de la lucha contra el crimen. Forman parte del crimen. No son la solución, sino parte del problema. A la vista de los gobernantes, ¿o con la anuencia de estos? Y ante la ausencia de información, sólo queda la especulación. Quién lo sabe. Sólo ellos y dios y el diablo. El Alto Comisionado matiza: “presuntamente cometida”. Y yo sigo la misma precaución.

En esta ocasión está documentada la desaparición de 21 hombres y dos mujeres, en esa localidad (la inolvidable Nuevo Laredo) de febrero al 16 de mayo pasado, aunque una organización local de derechos humanos habla de 40 desaparecidos durante ese período. Según testimonios recibidos por la ONU-DH, estas desapariciones habrían sido perpetradas, a menudo entrada la noche o al amanecer, por miembros de una fuerza de seguridad federal. El Alto Comisionado explicó que las personas habrían sido detenidas por personal uniformado, mientras caminaban o manejaban por carreteras y, según la información recibida, se han encontrado varios vehículos al lado del camino, quemados y baleados.

Muchos de estas personas habrían sido detenidas arbitrariamente y desaparecidas mientras realizaban su vida cotidiana. Es particularmente horrífico que al menos cinco de las víctimas sean menores, tres de ellas muy jóvenes, tan sólo de 14 años. Estos crímenes, perpetrados durante cuatro meses en un solo municipio, son indignantes “, resaltó Zeid.

El Alto Comisionado señaló que, a pesar de la amplia información y evidencia existentes, las autoridades mexicanas han avanzado poco en la localización de las personas desaparecidas y en la investigación de lo que les ha sucedido. A la fecha han sido encontrados los cuerpos de al menos seis víctimas, gracias a la búsqueda que han llevado al cabo familias de desaparecidos, pero sin contar con ningún tipo de protección. Y varias personas que atestiguaron los hechos han sido amenazadas y una fue desaparecida durante dos días.

Zeid advierte que “es vital que las autoridades mexicanas realicen una búsqueda efectiva de las personas cuyo paradero aún sigue siendo desconocido, y que lleven al cabo una investigación diligente, independiente y completa para esclarecer los hechos, identificar a los responsables y garantizar que sean llevados ante la justicia. También deben otorgar protección a testigos y defensores, y proveer asistencia a los familiares de las víctimas”.

Como exclamara el gran Cicerón de la Roma de traidores en el Senatus: ¡En qué país vivimos! ¿Sabrá de esto Enrique Peña Nieto, el comandante supremo?

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