¿Pronósticos o destino manifiesto?

¿Pronósticos o destino manifiesto?

Análisis a Fondo

Francisco Gómez Maza

 

· México nunca crecerá por encima de la economía de EU

· Si no obedece a Washington, no tendrá muchas salidas

Este escribidor lleva ya muchos años, por lo menos desde inicio de la década de los 80, viendo, leyendo y analizando al Fondo Monetario Internacional y aún no entiende que es eso de la calidad moral, expresión que ahora emplea el presidente López Obrador para calificar al organismo integrado por las economías del mundo para que nadie se salga del huacal del sistema encabezado y controlado por la Casa Blanca precisamente a través de ese organismo financiero multilateral que dicta las políticas económicas de los países periféricos.

Aparte de calidades morales, habrá qué reconocer que la economía mexicana no crecerá más allá de lo que le permita Washington por medio del FMI. Es un asunto de “seguridad hemisférica”.

Y si el gobierno de México, ahora en manos del presidente morenista, no se aplica, no se doblega, ante los lineamientos del norte, indudablemente que no tendrá muchas salidas. Así ocurrió con la economía nacional en manos de los gobiernos emanados del PRI y del PAN, a pesar de que estaban alineados a los dictados de política económica de Washington, apuntados en el recetario librecambista, neoliberal, de los llamados gemelos de Bretton Woods: el BM y el FMI.

Ayer decíamos que es casi seguro que los factores del comportamiento de la economía, más que en los manuales de econometría, estén en el cerebro de quienes toman las decisiones. Y aquí, sólo truenan los chicharrones de Washington. De acuerdo la filosofía de la dominación, al gobierno estadounidense no le conviene que economías como la mexicana muestren crecimientos importantes porque entonces el imperio empezaría a perder su influencia y el poder de dominación precisamente.

Así que sale sobrando que el mandatario mexicano argumente ausencia de calidad moral en los análisis y pronósticos de los economicistas del FMI. E igual, sale sobrando que asegure que la economía mexicana crecerá al 2%. Nadie tiene una varita mágica para afirmar o negar en esto de los vaticinios, sobre todo cuando los pronósticos son elaborados en las oficinas del FMI.

El Fondo ha recortado, de 1.6% a 0.9%, su “pronóstico” del PIB mexicano para 2019. Y dice que Estados Unidos crecerá en 2.6%, en espera de que ese comportamiento se modere en 1.9% en 2020 conforme se repliegue el estímulo fiscal. México, políticamente, no puede crecer más que su “socio” comercial.

López Obrador sigue defendiendo los cálculos de sus economistas, de que la economía mexicana crecerá al 2% anual y no como lo afirma el FMI. Tal crecimiento, sin embargo, no es diferente a los criterios del FMI. En ese porcentaje creció la economía nacional en el 2018, el último año de los gobiernos emanados de la derecha. (Entonces, el PRI se autocalificaba como un partido de “centro derecha”, expresión que no significa nada o significa el vacío.)

De acuerdo con el INEGI, la economía mexicana cerró el 2018 con un crecimiento de 2%, cifra muy cercana a la que proyectaron algunos especialistas del sector privado. Este resultado fue el más modesto registrado desde el 2013 (1.6 por ciento). Con el crecimiento para el 2018 se lograron cuatro años consecutivos siguiendo una tendencia decreciente. En 2017 crecimos 2.3%; durante 2016 en 2.7% y durante 2015 en 3.3%.

Algunos analistas locales, ya esperaban, mucho antes de que el FMI diera a conocer sus “pronósticos” que, durante el 2019, el PIB nacional alcanzara un incremento de 1.89% para 2019 y 1.96% para el 2020. Este comportamiento se lo atribuyen a la “incertidumbre” política interna, la inseguridad pública, la implementación de políticas comerciales y la “ausencia” de estado de derecho, entre otros factores que podrían ejercer presiones negativas en el crecimiento económico en el corto plazo.

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