Se dice de usted
Opinión
LUCERO MARQUEZ
… su amor es como un grito que llevo aquí en mi alma y aquí en mi corazón…
Se dice, se canta y escribe tanto acerca de usted.
Se dice, se canta y escribe que usted es inherente a todas y todos los seres humanos; que todas y todos debemos tener el privilegio de vivir con usted.
Se dice, se canta y escribe que usted está con las personas cuando no son sometidas a la voluntad de otras ni se encuentran prisioneras de otros seres humanos.
Se dice, se canta y escribe que usted representa la autodeterminación, la capacidad de elección, la voluntad propia, la ausencia de esclavitud.
Usted es mi esperanza, mi última esperanza, comprenda de una vez.
Se dice, se canta y escribe que gracias a usted podemos profesar el tipo de culto o religión que se desea; que gracia a usted tenemos la autonomía de decir aquello que se piensa sin ser castigados por tal acto; que gracias a usted elegimos lo que queremos, de la forma y en el momento que lo deseamos. ¡Quiero que sea verdad! Porque, aquí y ahora, mi México lindo y querido, necesita de usted.
Sí, la necesitamos, para que todos y todas ejerzamos un derecho, pero también una obligación que tenemos como ciudadanos y ciudadanas. Un derecho que el 17 de octubre de 1953 se materializó para las mujeres al expedirse el decreto en el que se anunciaba que tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular, como resultado de movimientos universales y locales a favor de la equidad de género.
Y hasta la vida diera por vencer el miedo de besarla a usted
Hemos clamado por la poca representatividad que tenemos en el ámbito político y nos hemos quejado que nuestra opinión, como ciudadanos y ciudadanas, no se toma en cuenta, pero ¿qué hacemos cuando tenemos la opción de cambiar la situación a través de las urnas? ¿Qué hacemos con usted? Sí con usted, a la que se le dice, se le canta, se le escribe y se le nombra ¡LIBERTAD!
El hombre está condenado a ser libre, escribió Jean-Paul Sartre, y estamos condenados porque somos los absolutos responsables del uso que hagamos de usted. Sólo recordemos que somos libres de nuestros actos, pero no de sus consecuencias.
Y tú ¿cómo vives la libertad? ¿Cómo exiges tus derechos? ¿Cómo ejerces tus derechos?