+Tituló que Enrique Peña Nieto “estrangula” la activación física del pueblo
+Ahora, atletas auguran una transición próspera, según el diario Español
+El periódico no consigna voces discordantes, que dudan de la próxima administración en torno al deporte
+Durante tres sexenios se ha ejercido un presupuesto cercano a los 63 mil millones de pesos para esa actividad
Ciudad de México, 01 de Octubre (BALÓN CUARADO).- El deporte es espejo de una nación. O viceversa. Indudable. Mas toda regla tiene excepción. Es el caso de México. Hace décadas dista de ser un asunto de Estado. El hecho de querer ser potencia en ese ámbito ha sido irrelevante para presidentes mexicanos.
La Administración de Enrique Peña Nieto, por ejemplo, que finalizará el próximo 1 de diciembre, se comprometió a “transformar a México en una potencia”. Ese propósito fue quimera por los recortes presupuestales, presidentes de federaciones deportivas acusados de desvío de recursos, uniformes defectuosos.
Ante ello, una camada de deportistas que logran mucho, con poco, asegura en diario español El País un amplio reportaje. A veces con nada, sólo con el apoyo familiar.
Pongamos en contexto el trabajo del diario español porque nada bueno augura, pese a su argumentación, que haya un cambio sustancia la próxima administración. Porque una cosa es su buena voluntad manifiesta, para transformar de tajo las cosas y, otra, la realidad.
A lo largo de su historia en participaciones olímpicas, México ha conquistado 70 preseas, mientras que Cuba, país con 11 millones 500 mil habitantes –casi 10 veces menos — y que padece un bloqueo económico por parte de Estados Unidos desde 1961, ha obtenido el triple: 220. Amén de que es el país como el mayor índice de obesidad en el mundo.
(El presidente de México y su pasión por las selfies)
Esa magra cifra tiene que ver por oscura brillantez con que es manejada la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, llamada pomposamente, con el eufemismo de Conade, una especie de Cueva de Alí Babá. Fue creada en 1988 por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. A quien popularmente se conoce como el “innombrable”.
El pasado 28 de septiembre, el mandatario electo, Andrés Manuel López Obrador, se reunió con Thomas Bach, titular del Comité Olímpico Internacional (COI). Frente al estrado se comprometió a apoyar el deporte de alto rendimiento.
“Tenemos que unirnos todos y elaborar de manera conjunta el plan para impulsar el deporte olímpico”, comentó AMLO.
En el sexenio del presidente Peña Nieto hubo dos máximos responsables: Jesús Mena, medallista en clavados en 1988, y Alfredo Castillo, criticado por su labor como comisionado del Gobierno federal para la paz en Michoacán durante 2014 y 2015. “Gatillero”, es apodado en redes sociales. La medallista olímpica, Ana Gabriela Guevara ocupará ese cargo el próximo sexenio.
Castillo no tenía antecedentes en la administración del deporte. Su consigna fue transparentar la gestión de recursos públicos en las federaciones. Durante su labor se iniciaron investigaciones en contra de Antonio Lozano, al frente de la Federación de Atletismo, y a Effy Sánchez, quien presidía el tiro con arco.
Año con año el presupuesto del deporte cayó. El dinero asignado a la Conade partió, en 2013, con 7 mil 179 millones de pesos (381 millones de dólares), que ejerció Mena. Los recortes presupuestales del Gobierno de Peña Nieto redujeron los apoyos a 2 mil 108 millones (112 millones 170 mil dólares) de pesos para 2018.
Tan solo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, último año del presidente Felipe Calderón, a los de 2016 el dinero público para el deporte disminuyó en un 53.2%. Castillo ha admitido que sin dinero y el tipo de cambio del peso con respecto al dólar influyeron en el respaldo a los deportistas del país.
Según el ex titular de Conade, Nelson Vargas Basáñez, prestanombres del ex presidente Luis Echeverría, durante los últimos tres sexenios se han ejercido cerca de 63 mil millones de pesos en presupuesto, unos 3 mil 300 millones de dólares. Sus resultados, empero, han sido magros. Dato que tampoco consigna El País.
(El halterista mexicano Bredni Roque, durante Río 2016, con parches en el uniforme)
“Mientras menos apoyo económico hay, menos fogueo, menos competencias y menos oportunidad a otros atletas para que sobresalgan. Es una cuestión de organización y administración de recursos”, comenta al diario español Fernanda González, la nadadora mexicana con el título de máxima medallista en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, con 20.
Nuria Diosdado, una de las figuras del nado sincronizado en México, ahonda en los fallos administrativos.
“Muchos deportistas, antes de un viaje, no saben si van o no van a ir. Algunos están esperando a que salga el recurso para una competencia. A veces se van por lo más económico o al final sale todo más caro porque se compra [el boleto de avión] de última hora”, considera.
En los seis años de gobierno de Peña Nieto, el deporte mexicano tuvo como escaparates los Juegos Olímpicos de 2016, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2014 y 2018, los Juegos de Invierno de este año, además de los distintos campeonatos mundiales de cada disciplina.
De acuerdo con la información del último informe de Gobierno, del 1 de enero de 2013 al 6 de agosto de este año hubo mil 339 atletas nacionales ubicados dentro de los 16 primeros lugares en eventos internacionales. Una cifra baja si se considera que en México viven unos 125 millones de habitantes.
Fue polémica la renuncia del Gobierno mexicano a la organización del Mundial de Natación a realizarse en Guadalajara hace un año, evento deportivo más importante a organizarse en el sexenio. La Federación Internacional de Natación (por sus siglas en francés, FINA) había designado la sede y, tras la decisión, el campeonato se mudó Budapest.
(Alfredo Castillo Cervantes, actual titular de la Conade, apodado el “Gatillero”, encarceló presidentes de federaciones)
La Conade argumentó que la decisión, tomada en 2015, fue por los recortes presupuestarios y que no podrían albergar un campeonato que requería más de 100 millones de dólares. Solo habían abonado un 10 % del coste total del evento.
Los equipos de natación mexicanos cerraron filas. Su última participación, en los Centroamericanos, fue brillante.
El éxito de un grupo de deportistas se explica desde las Fuerzas Armadas. El Ejército y la Marina de México han fichado a los mejores deportistas de distintas disciplinas: desde el boxeo hasta el remo. Una de ellas es Nuria Diosdado, quien está enrolada desde hace dos años.
“Tenemos un cargo dependiendo de nuestros méritos deportivos. Recibimos un salario como cualquier soldado, pero por supuesto que no podemos llevar una vida militar, pero sí nos obligan a hacer lo más que se pueda”, cuenta. La secretaría de Defensa Nacional de México les brinda sus servicios médicos e instalaciones deportivas para entrenar.
La mayor referente es Guadalupe, Lupita, González, la campeona mundial en marcha, que es teniente de corbeta y deslumbró en los Juegos de Río con una inesperada medalla de plata. En la última competencia internacional, los Centroamericanos, acudieron 56 atletas del Ejército y 35 de la Marina.
En este año, en deportes de conjunto, destacó el baloncesto. El combinado nacional se calificó a un Mundial después de 40 años.
(Jesús Mena, como titular de Conade, ejerció un presupuesto superior a 9 mil millones de pesos, en dos años de gestión. Luego renunció)
“Han sido unos últimos seis años muy buenos. Como todo, el apoyo económico es muy importante, pero ahí es cuando entra la seriedad de las personas fuera de la cancha. Me encargo a jugar y creo que las cosas dentro de la cancha se están haciendo”, opina Jorge Gutiérrez, jugador del Gipuzkoa Basket.
Y agrega:
“Hay las herramientas para tener una Liga muy buena en el país, se puede tener más apoyo, pero hay lo que hay. En términos de baloncesto, México tiene el talento suficiente para competir mundialmente”.
La Liga tiene 14 equipos a lo largo del país que ha empezado su auge para encontrar talentos. La felicidad ha sido efímera luego de que en las eliminatorias del Mundial de 2019, el equipo mexicano está al borde de quedar fuera.
Al deporte mexicano lo han rodeado escenas de bochorno. En 2013, el equipo de tiro con arco compró su uniforme en un supermercado y usaron cinta adhesiva para colocar sus nombres en la espalda.
En los pasados Juegos Olímpicos el halterista Bredni Roque compitió con un uniforme con parches porque el que le habían otorgado no era de su talla.
(AMLO con Thomas Bach, presidente del COI, durante su visita a México)
La nadadora Fernanda González, durante los Juegos Panamericanos de 2015, reprochó los trajes de baño que les habían otorgado porque “no cuestionaron la opinión de los atletas. El traje se convierte en nuestra piel, no podemos usar una marca que no nos acomode”, explica.
López Obrador ha designado a Ana Guevara, responsable del deporte oficial, corredora que puso fin a su carrera deportiva por los problemas en su federación y en la Conade en 2008.
Su nombramiento ha sido una grata noticia para la comunidad de deportistas, según El País. Sin embargo, como funcionaria pública, en diversos cargos, y legisladora, os veces, ha sido antítesis de su vida atlética.
“Ilusiona que llegue Guevara porque será un parteaguas para nosotros. Ella lo vivió y lo sufrió. Ella estará a cargo de escuchar a los atletas”, confía González.
“Fue una acertada decisión”, autoelogio del presidente electo López Obrador. En México, según El País, los deportistas miran con prosperidad la transición.
Sin embargo, el diario español no incluye voces discordantes en su investigación. No menciona, por ejemplo, la duda en torno a la llegada de Guevara al frente de la Conade, en labios de uno de los principales atletas mexicanos: Germán Silva, 50 años de edad. Ganó dos veces la maratón de Nueva York, 1994 y 1995.
Silva ve lejano que el atletismo mexicano de fondo nuevamente brille como en la época que él vivió. Y no alcanza a otear, por más que intenta, cómo hará la próxima administración, encabezada por López Obrador, para revertir esa situación.
Por eso no echa las campanas a vuelo, como hacen muchos, con el arribo de Ana Guevara al frente de la Conade el siguiente sexenio.
Porque, advierte, “por mucho interés que tenga” la ex velocista, “si no tiene un buen equipo de trabajo, va a ser difícil que logre cumplir las expectativas”.
Y no parece tenerlo.
Porque si alguien conoce las entrañas del atletismo nacional es ella, Ana Guevara. Vivió en ellas más de una década. Fue reina mundial de los 400 metros planos.
Para Silva es sombrío el panorama:
“En el atletismo (de fondo) hemos perdido 20 años que ni con dos sexenios se recuperan. Esa es nuestra realidad”.
Y porque el deporte, analiza, no sólo es alto rendimiento, sin pasar por alto que se requieren programas de prevención con activación física para erradicar la obesidad y el sedentarismo que aqueja a 80 millones mexicanos de una población de 125 millones, rubro en el que tienen medalla de oro mundial.
Será más de lo mismo que hace tres décadas.
Salvo que ocurra un milagro.