El miedo de contraer coronavirus lleva a mexicanas a dar a luz en sus casas

Después de poco más de cuatro horas de trabajo de parto, el pequeño Lucas llegó al mundo en medio de agua. Sus papás, Selene Barragán y Eduardo Castillo, eligieron que su tercer hijo naciera en su propia casa para evitar el riesgo de contagiarse de coronavirus en un hospital.

Selene abraza emocionada a su bebé tras dar a luz en su casa. Ha sido ayudada por parteras profesionales de Guadalajara, que ante la pandemia de la COVID-19, ahora atienden a domicilio para evitar contagios.

En una tina adaptada en su pequeño apartamento, la mujer dio a luz acompañada por Diana Toscano, una de las parteras profesionales de Casa Aramara, una comunidad que ofrece a mujeres en el último tramo de su embarazo la opción de parir en su casa o en sus instalaciones mientras la pandemia del coronavirus deja de ser una amenaza.

En México se registran actualmente 1.215 contagios y 29 fallecidos. Y pese a la declaratoria de emergencia decretada esta semana junto al cierre de actividades no esenciales, se teme que pronto la curva epidemiológica se disparará.

El país registra anualmente cerca de 2,1 millones de nacimientos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 2018.

EL TEMOR AL CONTAGIO

Carolina Trujillo tiene 38 semanas de embarazo y en unos días más alumbrará a su hijo. Contó a Efe que tras saber de su estado, su plan inicial era dar a luz en una clínica del servicio público de salud que ofrece el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Luego de que la expansión del coronavirus fue una realidad en México, prefirió que su parto fuera en las instalaciones de Casa Aramara.

Sabe que las mujeres embarazadas y durante el puerperio son uno de los grupos con más riesgo de tener complicaciones en caso de contraer la COVID-19, y quiere evitar problemas.

“Me pareció una buena idea para no tener que estar yendo al (hospital) del IMSS, si de por sí ya es demasiado tedioso ir con tanta gente, ahora con esto me pareció que no era muy apto para estar ahí”, dijo este miércoles la joven.

Tras la demanda del gobierno federal mexicano de mantener el aislamiento, las parteras de Casa Aramara suspendieron las revisiones ginecológicas en su consultorio y acuden personalmente a dar seguimiento a las mujeres que están a pocos días de dar a luz para no exponerlas.

Además de la alternativa para parir de manera segura fuera de un quirófano, las parteras ofrecen a las mujeres un parto humanizado.

Es decir, avanzan de acuerdo a como el cuerpo de la mamá y el bebé lo marcan, realizan ejercicios para aminorar el dolor, en un espacio en el que ellas se sientan cómodas y confiadas.

“Estoy feliz, me siento muy bendecida por eso, porque desde que supe que estaba embarazada y empecé a leer libros que hablaban de partos humanizados y yo quería algo así. (…) Ahorita me siento tranquila porque voy a poder tener un parto como lo quería desde el principio”, señaló.

LA VOZ DE LAS EXPERTAS

María Cortés, una de las parteras de este colectivo, explicó a Efe que se dieron cuenta que el incremento de contagios en el país podría provocar miedo en las mujeres al tener que ir a los hospitales y podría afectar de alguna u otra manera el parto.

“Se nos ocurrió que tal vez habría mujeres que quisieran tener la posibilidad de parir fuera del hospital, y para colaborar también a bajar el número de personas en estos, abrimos esta posibilidad para que tuvieran una alternativa segura y reducir el riesgo de contagio”, explicó la mujer, con nueve años de experiencia.

Para tener acceso a esta opción de parto, las mujeres son entrevistadas y se someten a una revisión médica para asegurar que están sanas, no tienen un embarazo de riesgo y son candidatas a no tener complicaciones durante el parto en casa.

Cortés añadió que también les dan un seguimiento aún más cercano en esta contingencia para que no exista ningún proceso emocional que vaya a complicar el proceso de parto.

“para nosotras el parto es más emocional que físico, confiamos en el cuerpo de las mujeres y el bebé pero a veces los miedos es lo que más pueden obstaculizar ese proceso”, señaló.

Hasta ahora las solicitudes han ido en aumento, y algunas mujeres aceptan el reto convencidas de la alternativa en medio de la contingencia, aunque otras todavía tienen miedo, aseguró.

“Saben que es un riesgo, que si bien ahorita los hospitales no estén llenos de personas contagiadas, de todas formas existe la zozobra, pero al final en esta situación de crisis necesitan una opción segura”, concluyó Cortés.

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