Milpa Alta, con el mayor desempleo y exigua industrialización
Así, la agricultura sigue métodos tradicionales de temporal, en parcelas de minifundios, con trabajo familiar principalmente y con poca utilización de maquinaria.
Asentamientos irregulares, descapitalización de las parcelas y habitantes apegados a usos y costumbres, Milpa Alta es una demarcación que vive del nopal, mole y amaranto. La industrialización es casi inexistente y el 94.5% del territorio es propiedad comunal y ejidal. Aquí todos y ninguno son los propietarios. Es una delegación donde el tiempo se detuvo.
Así, la agricultura sigue métodos tradicionales de temporal, en parcelas de minifundios, con trabajo familiar principalmente y con poca utilización de maquinaria.
“Es una tierra de contrastes: a los usos y costumbres y una fuerte identidad se contraponen la marginación, atraso y una economía de subsistencia”, dice Noemí Galicia Meza, candidata a la alcaldía por el partido político local Equidad, Libertad y Género (ELIGE).
La demarcación hace un quinquenio saltó a la palestra de los medios de comunicación al ubicarse como la primera de suicidios en la Ciudad de México y segunda a nivel nacional. Hoy de los 43 suicidios cometidos en promedio al año, por niños y jóvenes de 10 a 24 años, hoy son 10 personas quienes atentan contra su vida.
Sin embargo, coexiste una percepción de desencanto entre nuestros jóvenes “ellos creen que aquí no hay oportunidades”, resume la milpantense que en los últimos 20 años recorrió los 12 pueblos tradicionales y sus 28 barrios.
Entre las propuestas de Noemí Galicia Meza está la generación de empleos y mejorar los subsidios a los trabajadores del campo. Esto no es fortuito: en Milpa Alta se siembra por medio de terrazas de origen prehispánico “como en las orillas del cerro Tehuitli”.
En Milpa Alta existen sólo 53 talleres o microempresas de artesanías, algunas organizadas como cooperativas, 116 productores de mole y 10 procesadoras de nopal “que fabrican shampoos, jabones, medicina natural y mermeladas”, refiere la candidata de ELIGE.
A la fuerte identidad y cohesión social que existe en el lugar en el que cada año se celebran 720 fiestas religiosas y paganas, se contraponen “falta de oportunidades y arraigado machismo”, dice Noemí Galicia Meza que aspita gobernar esta tierra donde el 98.1% de la superficie es de uso agrícola y agropecuario y una marcada descapitalización de las parcelas.
En esta tierra de nadie, sin embargo, la candidata de ELIGE busca un centro para brindar apoyo económico para las familias, lograr atención médica a los ciudadanos de la alcaldía, desarraigar la desnutrición entre los infantes y crear fuentes de desarrollo profesional y progreso para los 58,000 jóvenes de este lugar que transita al filo de la vida rural y urbana.