Una docena de países han acaparado la producción mundial de vacunas; alrededor de cien siguen sin acceso a ellas: Onel Ortíz

Una docena de países han acaparado la producción mundial de vacunas; alrededor de cien siguen sin acceso a ellas: Onel Ortíz

 

• “Frivolizar las cifras de fallecimientos o intentar aprovechar políticamente el momento, es una muestra de enorme miseria”
• “No estamos en guerra, queremos sobrevivir a una peste”

Por Onel Ortíz Fragoso @onelortiz

Ante la pandemia de Covid-19, que por más de un año ha padecido la Humanidad, resulta común escuchar o leer frases como: “Vivimos tiempos diferentes”, “Es el fin de una era”, “Son momentos estelares de la historia”, “La pandemia marca un antes y un después”.

Estas expresiones y otras más que inundan los medios de comunicación y las redes sociales, expresan parte de verdad y del ánimo social. También es común comparar los momentos que vivimos con otras circunstancias de gran impacto como son las guerras y desastres naturales. ¿Cuál es la naturaleza de los cambios y cuáles son las consecuencias de esta pandemia?

Se dice que la Humanidad está en una guerra contra el virus SarsCov2, lo cual es un error. Ante esto es pertinente recordar las obvias diferencias entre una guerra y una peste, o mejor dicho, una pandemia como la que transita la especie humana.

En su acepción amplia y simple, una guerra es una lucha armada entre dos o más naciones, durante la cual se producen diversas batallas hasta que hay un bando ganador. Por lo general se trata de disputas en las cuales miles, millones, de jóvenes mueren en los campos de batalla para defender los intereses económicos, ideológicos o políticos de un puñado de hombres viejos y privilegiados.

Una peste, o para decirlo mejor, una pandemia, es una enfermedad de carácter infeccioso que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región, en el caso del Covid-19, se ha difuminado en todos los rincones del mundo.

El virus SarsCov2 viaja por la interacción humana. En un año llegó a todos los rincones del planeta. Sigue un curso biológico natural.

Para interrumpir este proceso el Hombre debe cambiar su comportamiento y por medio de la ciencia y la técnica, desarrollar tratamientos y vacunas que eliminen al virus.

En una pandemia no hay bandos ganadores o perdedores. Hay sobrevivientes a un proceso natural de la vida en nuestro planeta, como ha ocurrido desde hace millones de años, en donde el Hombre por su capacidad de adaptación e inteligencia ha sobrevivido como especie.

Entre la guerra y la peste aparece la política, que por medio de la ciencia ha permitido en un tiempo récord la creación de una docena de vacunas que permiten vislumbrar una salida a esta crisis sanitaria en el mediano plazo. También la política ha desatado disputas entre países y dentro de las propias naciones, donde los bandos achacan al contrario su comportamiento y decisiones respecto a la pandemia.

Lo más significativo es cómo una docena de países ricos han acaparado la producción mundial de vacunas, cuando existen alrededor de cien naciones, particularmente en África y Latinoamérica, que no han tenido acceso a una sola dosis de algunas de las vacunas que ya se aplican,

En México, los más de 200 mil fallecimientos reconocidos por Covid representan la mayor tragedia sanitaria de nuestro país desde la pandemia de influenza de principios del siglo pasado. Es una catástrofe humana y colectiva inmensa.

Frivolizar las cifras de fallecimientos por Covid o cualquier intento de aprovecharse políticamente de ella de uno y otro lado, es una muestra de enorme miseria. Entiéndase, no estamos en guerra, queremos sobrevivir a una peste.

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